lunes, 7 de abril de 2014

Carpe Diem

Como muchos de vosotros, llevo mucho tiempo escuchando eso de que sólo se vive una vez, de que las cosas hay que hacerlas cuando te apetecen porque los momentos pasan. Escuchando que la vida es muy corta y que no merece la pena perder el tiempo con aspectos materiales o personas que nos hacen daño y que no nos demuestran cariño, lealtad o, en definitiva, amor.

Sin embargo, día a día desaprovechamos momentos, instantes que pensamos que se volverán a repetir. Malgastamos palabras con personas prescindibles y descuidamos precisamente a las que no lo son. La sociedad en la que estamos inmersos, y posiblemente nuestra condición de humanos, nos induce a amargarnos con tonterías, a tropezar varias veces con la misma piedra y a pasarlo mal por cosas que, de no estar en nuestra vida, no echaríamos de menos. Vivimos en un mundo en el que decir lo siento, te quiero, o te echo de menos no es algo habitual. En un mundo en el que tener un trabajo y una casa ya es sinónimo de éxito.

Desde mi paso por Estados Unidos he empezado a comprender que el éxito está, precisamente, en entender el valor de los detalles, en ser conscientes de que cada día que amanece puede ser el último, que llorar o mostrar los sentimientos nunca está de más y que la familia y los amigos están por encima de todo. Y no se trata de ser abanderados de una actitud positiva siempre, sino en saber cómo reponernos, afrontar las dificultades de la forma más natural posible y luchar por nosotros mismos, pero también por los nuestros.

Por circunstancias, estoy aprendiendo ahora, a mis 30, que valorar, cuidar, luchar, querer, amar..., debe ser mi filosofía porque será con la única con la que pueda, sencillamente, VIVIR. Mi truco: ser consciente de que cuando piensas que lo estás pasando mal, hay un 100% de posibilidades de que otro esté peor que tú.


martes, 31 de diciembre de 2013

Queridos amigos,

En los primeros minutos de 2014...

Brindaré por la salud y por los médicos que durante 2013 os han ayudado a superar enfermedades.
Brindaré por la familia que nunca falla y por los amigos, los abrazos y los consejos sinceros.
Brindaré por las personas que aparecieron en mi vida en 2013 y, seguro, permanecerán en ella muchos años.
Y brindaré por aquellos que durante 2013 demostraron que no merecían quedarse. 

Brindaré por el amor para que nunca falte.
Brindaré por las primeras, segundas y terceras oportunidades, cuando existe voluntad por ambas partes.
Brindaré por las palabras, aunque más por los hechos.
Y brindaré por las decepciones porque, como dice un amigo, "te hacen sentir vivo".

Brindaré por los riesgos, las aventuras y la toma de decisiones (buenas o malas).
Y brindaré por los sueños.
Brindaré por los viajes que te ayudan a crecer y conocer quién eres, y por los cambios y el miedo que conlleva afrontarlos.

Brindaré por Galicia, por Madrid, por Nueva York y por San Diego.

Brindaré por el trabajo, para que no se convierta en el pilar fundamental de nuestra vida.

Y brindaré por estar viva.

En definitiva, brindaré para que 2014 sea el año de nuestra vida y que, cuanto menos, sea igual de bueno que los 365 días de transición que para mi terminan hoy.

Feliz año a todos! Let.