Hace ya un par de meses se celebró la XXIII edición del campeonato de surf más importante de mi tierra, de Galicia. Allí se reunieron durante poco menos de una semana más de 200 surfistas de todo el mundo. Gony Zubizarreta, Miky Pikon, el tri-campeón del mundo Tom Curren o Sunny García son algunos de los chicos a los que pudimos ver en Pantín. Y entre las chicas, ídolos de la talla de Sofía Mulanovich, Alana Blanchard o Bethany Hamilton, conocida mundialmente porque a los trece años fue atacada por un tiburón perdiendo su brazo izquierdo y que demostró en la playa gallega que el poder de superación del ser humano es incalculable.

Este año, además, el evento ascendía por primera vez en su historia a la categoría de seis estrellas, tanto en competición masculina como en femenina. Para que quienes no entendéis de surf os hagáis una idea de la importancia de esto, el importe en premios en esta ocasión alcanzó una cifra récord: 145.000 dólares en la edición masculina y 35.000 en la femenina.
En definitiva, una competición deportiva de éxito en la que he podido colaborar un año más, con lo que ya son seis los años en los que he conocido de cerca el mundo del surf y a la elite de surfistas que forman parte de ella. Y un año en el que podemos decir que me he despedido de “el Pantín”.

Este año, además, el evento ascendía por primera vez en su historia a la categoría de seis estrellas, tanto en competición masculina como en femenina. Para que quienes no entendéis de surf os hagáis una idea de la importancia de esto, el importe en premios en esta ocasión alcanzó una cifra récord: 145.000 dólares en la edición masculina y 35.000 en la femenina.
En definitiva, una competición deportiva de éxito en la que he podido colaborar un año más, con lo que ya son seis los años en los que he conocido de cerca el mundo del surf y a la elite de surfistas que forman parte de ella. Y un año en el que podemos decir que me he despedido de “el Pantín”.

Y lo lograron. A lo largo de estos 23 años se ha escrito la historia del surf gallego, se ha escrito una historia que quedará para siempre en Galicia y en la que me siento orgullosa de haber puesto mi pequeño granito de arena.

Sin embargo, y aunque me produce una enorme satisfacción comprobar esta evolución, no puedo evitar echar de menos aquel primer campeonato. El recuerdo y la nostalgia se mezclan en mi cabeza con la emoción y la positividad de ver que “el Pantín” crece y lo hace tan bien.
Desde ahora, siempre que vuelva a mi tierra y esté ya en el otro lado, en el visitante, echaré de menos las tardes en las que personas desinteresadas, a las que considero mi pequeña familia, convivíamos y nos desvivíamos porque el campeonato tuviera el lugar que, por fin, ha conseguido.
Fotografías: Eugenio Prados, Océano Surf Club y Carlos Ferreira, respectivamente.
Soy de las que también tengo una pequeña familia junto a Pantín y junto a todos/todas los que hicieron grande ese Pantín Classic.
ResponderEliminarIr al Pantín está entre mis cosas pendientes.El año que viene me apunto para que puedas despedirte otra vez...
ResponderEliminarMuy buen artículo!
Un besazo grande!
Rebe