El final de un año siempre es tiempo para reflexionar. Irremediablemente, los últimos días de diciembre todos pensamos en lo que nos ha sucedido durante los últimos doce meses, los nuevos amigos que hemos hecho y los que hemos dejado atrás, los cambios profesionales y los finales de etapas de las que ya os he hablado en este blog.

Los fines de año son tiempos para pedir deseos, hacer propósitos (que en la mayoría de los casos no cumplimos), y soñar con que el período que comienza nos traiga todo lo que hemos anhelado en este y que podrá hacernos un poquito más felices.

A pocas horas de que comience oficialmente el año 2011 es hora de hacer balance y analizar todas esas cosas que nos han ido sucediendo en 2010. Aciertos personales y profesionales o errores que hemos ido cometiendo que nos han enseñado el camino por el que queremos transcurrir en el futuro y con el que iniciaremos este nuevo ciclo.

Para mí, 2010 ha sido un buen año. He cerrado grandes etapas, he conocido a gente que, sin duda, se ha convertido en parte fundamental de mi día a día y, por supuesto, he cometido muchísimos errores que me han servido para darme cuenta de lo realmente importante. Grandes cambios que me han hecho crecer personalmente y con los que, espero, he ayudado a amigos y familiares a que el 2010 haya sido para ellos un período especial.

Que 2011 sea un año para recordar, lleno de alegría y éxitos. Que seáis muy felices y Feliz año a todos!